ÉMILE ZOLA (1840-1902). E. Manet. Estudio biográfico y crítico, 1867.

Después de tanto tiempo sin publicar nada, mis disculpas porque he estado ocupado en otros asuntos y además enfermé unos días, hoy voy a publicar algo sobre crítica de arte. La especialidad de historia de la crítica de arte es algo que cuando me la impartieron hace dos años en el grado me gustó muchísimo aunque tengo que aclarar que es difícil, por eso esto que hoy voy a compartir en mi blog no va a ser perfecto. Lo reconozco pero quiero hablar de un escritor que me enamoró cuando lo estudié, se trata de Émile Zola y su Estudio biográfico y crítico elaborado en 1867 sobre Édouard Manet.

Antes de hablar sobre Zola, es necesario explicar el contexto de la crítica de arte en la Francia del siglo XIX. Para empezar, toda la crítica está entorno a los salones franceses, se observará que algunos críticos tendrán cargos políticos y es por eso que tenemos una crítica comprometida, una crítica que será utilizada como trampolín para entrar en la política. Los salones serían el gran impacto cultural a nivel internacional, influyen bastante en la sociedad de todo tipo desde el burgués hasta el obrero por lo que se observa una confluencia de todas las clases sociales. La crítica de arte se convertiría en uno de los apartados en los periódicos más destacados de la época, a veces incluso aparecería en primera plana. Esta crítica no sólo afecta a las obras sino también a los artistas ya que ansían estar en los salones pues es el único escaparate para darse a conocer en la sociedad. También los mismos artistas van a ejercer la crítica.

La influencia del crítico, muchas veces, será fundamental para el éxito o fracaso de los artistas, pues la burguesía tiene confianza plena en el crítico. Estos críticos de arte suelen ser autodidactas, con una cultura amplia y humanística, pero no se dedican solamente a eso sino que compaginan la crítica con otros empleos como ser funcionario, también suelen ser escritores, abogados, artistas pero en menor medida, estos artistas se quejaran de la indefensión ante la pluma del crítico, este es el caso de Delacroix que se posiciona como despreciador de la crítica. Esta crítica se desarrolla sobre los salones, que suelen durar unos tres meses pero duran todo el año, son críticas donde el crítico habla sobre su experiencia en el salón. 

La ciudad de París sería un hervidero de exposiciones donde todos los meses hay inauguraciones y la crítica es un género esencial en los periódicos. Las críticas se desarrollan en el Livret, que sería el catálogo del salón, aunque los críticos suelen publicar sus propios catálogos, a veces autofinanciados, lo que se convirtió en un negocio porque se recuperaba con creces el dinero invertido y los catálogos se agotaban. También eran publicados en la prensa en general, o en revistas especializadas como L´Artiste. 

Se realizará una crítica poética desde el punto de vista sentimental, teniendo en cuenta las emociones que provoca en el espectador. Veremos una crítica conservadora, pegada al cristianismo, por otro lado una crítica moderada, y por otro lado la crítica revolucionaria. La crítica presenta las siguientes características y es que será más accesible, más pedagógica y más irónica, con un humor negro. Al realizarse la crítica de los salones se tiende a seguir una estructura académica, se comienza con la pintura, la escultura, el dibujo, el grabado y la arquitectura. Cuando se habla de la pintura se tiende a una jerarquía de los temas: historia, religión, costumbrismo, retrato, paisaje y naturaleza muerta. También se hace según el recorrido del salón: los académicos, los oficiales y al final los independientes. 

Se presentan los siguientes criterios de valoración: en primer lugar la ACTUALIDAD, un arte vivo, interesa el momento actual, que represente lo que hay en las calles y que se represente el compromiso político y social, en segundo lugar la ESPIRITUALIDAD, revalorización del espíritu cristiano, lo que no significa ir a la época medieval, sino coger el espíritu medieval y actualizarlo, en tercer lugar la EVASIÓN, pero no buscando la evasión en la edad media, sino buscando la belleza de mundos exóticos que se encuentran al margen de la sociedad francesa; muchos críticos van a valorar que se traslade este exotismo a la Francia actual. También la evasión a través del inconsciente, lo que Baudelaire llamaba Surnaturalismo, lo que esta oculto y no forma parte de lo racional, con búsqueda de paraísos a través del opio, el hachís y el alcohol. Por último lugar, el EGOISMO, marcado por un concepto hedonista de la vida, con una búsqueda de la belleza sensorial, el arte por el arte. Hablaremos de la búsqueda del placer en el vicio, con una frontera más borrosa entre el bien y el mal. 

A la hora de hablar de nuestro autor, antes hay que enmarcarlo en su época que es el impresionismo. Se trata de un período convulso, complejo, mucho desde el punto de vista de la crítica, del arte y del público. Estamos en un momento en que la sociedad cada vez se hace más eco de lo que ocurre en las exposiciones gracias a las muchas publicaciones, escritos, artículos periodísticos, libros. La obra de arte pasa a ser totalmente un escándalo. Se hacen comentarios satíricos acerca del camino que está llevando el arte, se produce un divorcio entre el público y el artista, los críticos arremeten contra todos los movimientos vanguardistas. 

El crítico de arte que apoya al impresionismo se ve obligado a tener que escribir con pseudónimos, o tiene que escribir desde el extranjero. Incluso eran despedidos de muchos periódicos por escribir a favor del impresionismo por lo que se implicaron no solo de una manera profesional, también personal. Aún así el salón sigue siendo la plataforma de elevación de los artistas, seguían queriendo estar ahí presente todos.

ÉMILE ZOLA (1840-1902)

Nació en París en el año 1840 y falleció en esta misma ciudad en el año 1902. Es un poeta, novelista y crítico. Hizo crítica de música, de arte, sobre todo de lectura. Es defensor del naturalismo, a través de su obra y de su crítica.

Una de sus obras más importantes y es por eso que he creado esta entrada es E. Manet. Estudio biográfico y crítico, 1867. Se trata de un amplísimo ensayo donde analiza toda la trayectoria del artista Édouard Manet así como su influencia y obras. Habla de su cromatismo que es algo que le interesa mucho, algo muy candente en el arte del momento, no sólo en la pintura, también en la literatura como el simbolismo, también hay una serie de estudios sobre la percepción del color. Lo que busca es luminosidad, en contra de las pinturas terrosas y ásperas.

Considera a Manet como el gran artista de la modernidad, apuesta por él antes que otro, a pesar de tener en contra a todos los expertos, críticos y académicos. Cuanto más rechazada es una obra de Manet, más fuerza le da él, como Almuerzo sobre la hierba y Olympia. Sobre estas dos obras escribe algunas de sus críticas mejor estructuradas como es el caso de la primera que es la que vamos a tratar a continuación. 

"El almuerzo en la hierba es la tela más grande de Manet, donde ha realizado el sueño de todos los pintores: poner unas figuras de tamaño natural en un paisaje... en primer plano, dos jóvenes sentados frente a una segunda mujer que acaba de salir del agua y seca su piel desnuda al aire libre. 

Esta mujer desnuda ha escandalizado al público, que sólo la ha visto a ella en la tela. ¡Qué indecencia: una mujer sin el menor velo entre dos hombres vestidos! ¡Esto nunca se había visto!. Y esto es un error, pues hay en el museo del Louvre más de cincuenta cuadros en los cuales se mezclan personajes vestidos y personajes desnudos. Pero nadie va al museo del Louvre a escandalizarse... Se ha creído que el artista había puesto una intención obscena y escandalosa, cuando simplemente había buscado obtener unas oposiciones vivas y unas masas francas... la mujer desnuda no está sino para proporcionar al artista la ocasión de pintar un poco de carne...

Lo que hay que ver es el paisaje entero, con sus vigores y delicadezas, con sus primeros planos tan amplios, tan sólidos, y sus fondos de una delicadeza tan ligera; esta carne firme, modelada en grandes facetas de luz, estas telas suaves y fuertes, y sobre todo, esta deliciosa silueta de mujer en camisa que forma, al fondo, una adorable mancha blanca en medio de las hojas verdes" 

Émile Zola hace una valoración de la obra de Monet en función de los elementos plásticos, la luz y el color, y la representación directa, seca, descarnada de la realidad. En Almuerzo sobre la hierba, observamos que arremete sobre todo con aquellas críticas que se basaban en el valor escandaloso de la obra. Crítica esas opiniones y la pone en valor. Para Manet y Zola, la mujer se reduce en la utilización de un recurso que da iluminación a la obra. Habla de masas cromáticas, de masas de luz y sombra que sirven para articular la composición, que se convierten en los valores plásticos para Zola. Piensa que no hay absolutamente nada de escandaloso en la obra, rebate lo que dice la crítica. Considera que escandalizarse por un tema es algo absurdo porque para él el tema es un mero pretexto. Analiza las obras a través de valores plásticos, el tema no. 




 



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